En notas anteriores , ya hablamos de KIVA, el exitoso sistema anti-bullying finlandés. La buena noticia es que hay un proyecto concreto para implementarlo en Argentina.

La experiencia piloto se llevará a cabo en una escuela de Pilar, donde se adaptará el sistema a la idiosincrasia argentina, y la idea es aplicarlo, en principio, en escuelas públicas de Capital y Provincia de Buenos Aires.

Todos conocemos la gravedad del problema del acoso escolar por las noticias de niños golpeados que de vez en cuando aparecen en los medios, pero eso es sólo la superficie del problema. El 10% de los adolescentes que concurren a nuestras escuelas son víctimas de acoso, y el principal daño que padecen es de orden psicológico. Los chicos que son víctimas de acoso se vuelven retraídos y desconfiados, tienen mayor tendencia a los trastornos de ansiedad y a la depresión y en muchos casos llegan al suicidio.

El suicidio es una de las principales causas de muerte adolescente y el acoso escolar está directamente relacionado con él. Pero el problema no termina cuando termina la escuela, varios estudios muestran que los adultos que sufrieron acoso escolar muestran tasas de suicidio muy superiores a la población general durante toda su vida. Por eso, creemos que la iniciativa de poner en marcha un programa que ha demostrados ser tan exitoso en la lucha contra el acoso escolar, también será de mucha ayuda en la prevención del suicidio.

La respuesta a este problema que da KIVA es muy simple. KIVA es la abreviatura de “amable” en finlandés, y el programa se basa en enseñar la amabilidad. Si bien, sabemos que la forma de relacionarnos con otras personas también se aprende, la escuela tradicional se centra en la enseñanza de contenidos académicos. Tácitamente se asume que la forma de relacionarse se aprende principalmente en la casa o en otras relaciones sociales, pero en sociedades cada vez más intolerantes y violentas lo que se transmite de una generación a otra es la intolerancia y la violencia, por eso es necesario que la escuela ejerza su función educadora también en esta materia, sin perjuicio de que todos tomemos consciencia de que nuestra forma de relacionarnos se replica en la sociedad.

Si todos tratamos de ser un poco más amables en nuestra vida cotidiana estaremos construyendo un mundo más amable y más seguro para nuestros hijos.

Las opiniones vertidas en estas notas no necesariamente reflejan posturas oficiales del Centro de Asistencia al Suicida y se publican bajo exclusiva responsabilidad de sus autores.