Muchas personas que padecen pensamientos suicidas pueden sentir que la vida fue muy injusta con ellas.
La vida nos enfrenta a unos y a otros a situaciones y condiciones muy diversas, "Lo que nos toca" puede no ser para nada equitativo. Pero aun admitiendo esta injusticia, es llamativo que muchas personas, muchos de los que se enfrentan a las situaciones o condiciones más desfavorables, logran tomar fuerza de su desventura para recuperarse del trauma y hasta salir fortalecidos. A esta capacidad que podemos tener en potencia se la ha llamado últimamente resiliencia.
El término fue adoptado por ciencias sociales tomándolo de la física, donde se explica que ciertos materiales sometidos a situaciones muy extremas, como calor o frío, no sólo no se destruyen o quiebran sino que se fortalecen o flexibilizan.
Jorge Barudy Labrin nos habla de este concepto en su nota del diario El País y nos cuenta su propia experiencia.
Más allá de conocer que la resiliencia existe, lo importante es considerarla como herramienta en la prevención del suicidio, y saber cómo facilitar o propiciar la posibilidad de que surja en nosotros mismos o en otras personas, y de esto también nos habla Jorge Barudy Labrin.
Lo que sabemos de la resiliencia es que es puede ser un producto social. Y como actitud se puede aprender en ambientes solidarios donde existe la contención, el amor y la preocupación por el otro. Es mucho más difícil que surja en ambientes de abandono, desamparo o indiferencia, salvo que se haya aprendido con anterioridad en entornos interpersonales adecuados. Por eso insistimos en la importancia de construir y sostener este tipo de ambientes para la prevención del suicidio.
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