Agradecemos a las fuerzas policiales por sus intervenciones para la prevención del suicidio

Minutos antes de que termine el día de Navidad, una joven de 20 años cruzó la baranda de seguridad de un puente sobre la avenida General Paz. Alertados del hecho, en pocos minutos se presentaron en el lugar oficiales de la Policía de la Ciudad que hablaron con la chica y luego lograron rescatarla mediante una maniobra en la que pusieron en riesgo sus propias vidas. Ver informe en Infobae.

Lamentablemente, este no es un hecho aislado. En muchas ocasiones las fuerzas policiales de todo el país intervienen en intentos de suicidio (en el informe de Infobae se mencionan algunos); muchas veces sin los medios o la preparación necesarios pero siempre con la voluntad y el espíritu de servicio que ennoblece su profesión.

Los que trabajamos en la prevención del suicidio no podemos dejar de reconocer y agradecer estos actos heroicos; pero tampoco de reclamar a todos los estamentos del Estado, incluyendo a las fuerzas policiales, una mayor capacitación de sus miembros en la prevención del suicidio (algunos de ellos, conscientes de esta necesidad, se inscriben por su cuenta en las capacitaciones para profesionales que dicta el Centro de Asistencia al Suicida); y mejores servicios preventivos a disposición de la comunidad.

Citamos este hecho como una historia de final feliz, pero sabemos que, lamentablemente, las historias donde hubo un intento de suicidio siguen teniendo final abierto. Además, independientemente de la evolución de este caso, el ideal para el que deberíamos trabajar es que ninguna chica ni chico cruce ninguna baranda de seguridad ni atente de modo alguno contra su vida. Para esto falta mucho, lo sabemos, será necesario que todos nos capacitemos, que aprendamos a reconocer signos tempranos, a escuchar, a contener y, fundamentalmente, a estar disponibles para el otro como lo estuvieron esos oficiales heroicos el día de Navidad.