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ASISTENCIA AL SUICIDA DESDE UNA MIRADA INTERCULTURAL




En la búsqueda de definiciones, opciones y respuestas a las inquietudes que tenemos todos los que investigamos, se nos presentan misterios científicos nuevos que debemos incluir y aceptar como inevitables en el camino del conocimiento, al mismo tiempo que convierten a nuestra tarea en desafíos atractivos y estimulantes.

Latinoamérica y todo lo que ella implica es un desafío para el estudio científico; es un mundo que apareció y cambió al viejo mundo que todavía sigue siendo el mismo a pesar de haber incorporado innumerables atractivos de todo tipo a su realidad. Y digo que todavía sigue el mismo mundo porque todavía no ha terminado de constituirse en lo que sus potencialidades le permiten. Es un joven mundo de naturaleza fresca, prometedor, pero ya profundo, que incluye desde su nacimiento historias milenarias con conocimientos universales. Y en el que la sensibilidad de sus habitantes les permitió conservar las capacidad de la lucha guerrera para asegurar su defensa y al mismo tiempo la esperanza en la Naturaleza, la lluvia y el sol para pensar su futuro.

Pero así como Paraguay es Latinoamérica, Argentina es Latinoamérica y también lo es Uruguay, Bolivia, etc., etc. Pero también Latinoamérica es el Mundo y el Mundo es el Universo. En síntesis el hombre, único destinatario de todo esto, está el hombre: único destinatario de la tarea humana, en lo que a la búsqueda científica se refiere.

Este inicio es nada más que la exposición de una dinámica compleja y propia en Latinoamérica

De los conocimientos que obedecen tanto a fuentes científicas como a conocimientos populares. Es necesario siempre introducirnos hasta el fondo de la realidad que queremos conocer, y si son verdaderos los estudios que cada uno de nosotros ha realizado en cualquier campo que sea, nos daremos cuenta que hay que hacer un esfuerzo importante para comprender estos dos aspectos presentes en una sola realidad, esto es el hombre nacido en Latinoamérica.

Debemos aceptar también que a diferentes mundos le corresponden diferentes hechos. O mejor todavía, que diferentes hechos a menudo nos revelan diferentes mundos. Es necesario reconocer también que cada uno de ellos no está escondido o aislado .Son concepciones diferentes acerca del ser, de la vida , de las presencias o de las ausencias y por supuesto también de la muerte.

Estos otros mundos son tan reales como lo es el nuestro. Los conceptos mas ingenuos o novedosos se vuelven hegemónicos si son seguidos como única explicación posible y no se permite la oportunidad de la incorporación nueva. La realidad, si buceamos en ella tiene todas las respuestas pero las ofrece cuando las descubrimos. Antes nos muestra tan solo las señales en forma de incógnitas para que insistamos de todas las maneras posibles para lograr el acierto. Y muchas veces en ese camino nos topamos con los mitos, las creencias, y también los misterios de culturas vecinas, convivientes y entrelazadas con las propias. Otras aparecen en calidad de engaño epistemológico o como un intelectualismo alejado de la realidad que más se cree a sí mismo que a lo que está viendo. Estas verdades que esgrimimos y queremos acrecentar deben incorporar previamente la convicción de que lo real es lo verdadero, pero nunca está dado en forma definitiva. Por lo menos para los que afirmamos que la verdad es insondable y que hay un espacio para todo el que quiera conocerla con una mirada nueva y que felizmente cada uno de nosotros aportará algo nuevo y distinto para aumentar el conocimiento de todos. Una de las dificultades mayores es el de la posibilidad o no en la comunicación debido al desconocimiento que abordamos y de las señales inesperadas que nos dan a conocer lo antes desconocido. Los resultados no son rápidos y mucho menos instantáneos, pero hay que seguir confiando. Latinoamérica transida por cientos de culturas que la originaron aporta una diversidad inabarcable. El suicidio en nuestros países , ha transgredido cualquier esfera sociocultural, es así que hay suicidios en todas las clases o grupos sociales ,las características pueden variar de una a otra pero depende de las posibilidades , entorno, presiones sociales y costumbres que se asocian a los sentimientos , aspiraciones , frustraciones y posibilidades de compartir o no con otro las vivencias propias, siendo estas últimas de orden universal. La muerte de un ser querido se interpretará de diversas maneras en distintas culturas, pero el duelo , la ausencia y el vacío ocurrirán siempre, aunque se viva la muerte como, abandono , renacimiento o espera según el lugar y ocasión .

Todo aquello que conocemos depende de la posición y lugar en que estemos, pero siempre estamos mirando, conociendo y juzgando desde algún lugar.

Por ejemplo, entre nosotros prevalece una cultura sintomática: sólo se acude al médico en presencia de dolor. Si bien el dolor es el motivo que nos mueve a la consulta, sólo cuando este síntoma se manifiesta en umbrales extremos físicos o emocionales se opta x la asistencia médica o psicológica. Los pacientes acostumbran a convivir con las enfermedades que se han complicado, carnificado o han dejado una serie de secuelas importantes en su salud. Una vez que se ha logrado salir de la fase aguda de la enfermedad, el paciente considera que “está bien” y no vuelve a la consulta.

Los inmigrantes de origen latinoamericano, acuden al médico, en el país que lo recibe, sólo en los casos en que los síntomas dificultan el desempeño de su trabajo, o en la fase aguda de una enfermedad. Las experiencias negativas previas en el país de origen respecto de la asistencia sanitaria pueden influir inicialmente en su manera de tratar con el médico del nuevo lugar. Con respecto a la salud mental muestran una gran preocupación por las enfermedades de tipo psicológico y emocional. Casi no se da importancia a la medicina preventiva y los médicos en los centros de salud hacen las veces de docentes y orientadores en la crianza sanitaria de los hijos. Se dan casos también en los que como causa de la migración se rompe el matrimonio o se generan estructuras familiares paralelas.

El acceso a los servicios de salud se relacionan con factores culturales. Los servicios generales de salud y de salud mental no siempre están preparados para responder a las necesidades de la población migrante y en estudios realizados recientemente se destaca que siempre hay aumento de suicidios en estos grupos nuevos. El proceso de adaptación al país anfitrión conlleva a la pérdida de elementos significativos para la persona, lo que supone una fuente importante de estrés en el inmigrante. La capacidad de adaptación está condicionada por diferentes factores; la semejanza cultural, la receptividad del anfitrión, la edad del individuo y su personalidad. No olvidemos que hay serios prejuicios con respecto a la migración latinoamericana fuera y dentro de Latinoamérica.

La globalización seria uno de los factores que en el siglo XXI, además de todos los adelantos científicos , colabora cada vez más con dificultades para el desarrollo individual de las personas, ocasiona confusión en la identidad de los pueblos por el intercambio cultural indiscriminado y por la transculturación, especialmente en zonas limítrofes. La falta de límites reales, de orientación y reglamentación en el intercambio, muchas veces invasivo, se expresa a menudo como depresión, abusos, consumo de drogas, alcoholismo y sus variantes y combinaciones extremas, además del suicidio. Toda zona marginal suele estar sostenida por la ambigüedad e indiferencia gracias a la cual los negocios más infames se sostienen. Es imposible organizar un desarrollo mínimamente adecuado sin los límites necesarios, en ningún plano de la vida .El desborde es inevitable sin la presencia de estos límites contenedores, en lo personal y en lo comunitario.

Las poblaciones de frontera crecen dentro de un riesgo permanente y, en general sus excesos y carencias son consecuencia de los intentos de los habitantes por incorporar pautas de supervivencia desordenadas en ausencia de lineamientos sanamente orientados, esto sucede, las causas son motivo de investigaciones para su diagnóstico y prevención, pero es de rigor sabido que las personas que no tienen los márgenes de su territorio y hábitat, bien delimitados, son marginales. Y la marginación es siempre insuficiente para un crecimiento adecuado, no lo permite en las condiciones necesarias para que la salud ocurra y la consecuencia a menudo es la aniquilación provocada o autoprovocada, esto es , el suicidio.

En nuestros países la negación del suicidio ha tomado consideraciones ridículas, así , en lugar de "arrojo al vacío desde un piso alto" se registra como "politraumatismo por accidente" o, "envenenamiento con psicofármacos varios" se traduce en "ingesta medicamentosa" o "corte en las muñecas con un vidrio" como "heridas cortantes", etc. Es decir se comunica la objetividad de lo sucedido, pero no el hecho como significado de una expresión humana, en qué difieren estos informes, como descripción externa de cualquier accidente causal si le quitamos la significación propia que lo convierte en un intento suicida ?. Con una mirada ligera y poco detallista, todos sabemos que nuestras sociedades, son más inequitativas entre sí, con clases bien diferenciadas, con las consiguientes consecuencias de sentimientos, de frustración, problemas familiares (abuso, maltrato) estrés, miedos (sociedades fóbicas) violencia, homicidio y auto-aniquilación, explicita o larvada. El suicidio está asociado a todas y a cada una de estas dificultades o sufrimientos. Es de rigor que el suicidio es una salida errónea ante una doloroso conflicto que parece no tener solución , por lo tanto cada carencia o sufrimiento asociado al sentimiento de soledad, es la combinación detonante para un intento suicida. La carencia económica no es la causa pues el confort o el poder adquisitivo elevado, no anula los suicidios efectivos o frustrados.

Pero si bien no es la causa muchas veces aumenta el malestar y contribuye que algo difícil se convierta en "sin salida". La repuesta, de todas maneras podrá ser otra , pero el limite se achica tanto a veces que no hay capacidad para tolerarlo. Simplemente es la diferencia entre determinismo y condicionamiento . La solución puede ser elegida , pero el camino muchas veces es demasiado estrecho y la opción no se distingue. Esto es lo que quiero destacar: la respuesta ante la adversidad es siempre, individual, personal . Los caminos especiales que ha tomado cada persona en situación límite, han ayudado a comprenderla. El concepto de resiliencia, nos ha mostrado exhaustivamente: en la inundación o el terremoto, muchos sucumben, otros se salvan y algunos rescatan a los demás. Estos resilientes son lo que expresan que la adversidad es siempre una respuesta individual, personal.

Pero hay un aspecto en los suicidios que no aparece registrado en demasía, justamente porque no puede ser explicado y mucho menos agotado por las estadísticas sin apreciaciones cualitativas. De ahí sí, que los latinoamericanos tenemos capacidad, conocimiento y experiencia suficiente para que sobre ella la técnica y los rigurosos métodos hagan lo suyo. Nos referimos a la compresión afectiva, a la sensibilidad emocional, al compromiso personal, al acercamiento despojado. A la presencia que cada asistente, terapeuta, o voluntario pone en cada rescate suicida. Los estudios e investigaciones que se realizan en los países latinoamericanos son importantes y aumentan con el o los intercambios de posgrado o Maestrías en Estados Unidos y en Europa. Pero además se nutren y complementan con la personalidad de otro dispuesto a jugarse desde sí poniéndose al hombro la vida del otro, sin condicionamientos. Con la certeza de que en el intercambio del rescate, sea cual fuere el resultado ambos se habrán enriquecido. Que el encuentro necesario para recatar a un suicida será solamente desde una disposición interior o llamada personal que pueda impactar en aquel que no se siente escuchado.

Con la intención más genuina de capacitarnos cada vez más para ayudar a los posibles suicidas, a menudo reiteramos y afinamos hasta la sofisticación las técnicas, los protocolos y los dispositivos. Insistimos en distinguir con rigurosa precisión los pasos y momentos de procesos previos o posteriores a un intento y con innegable intención solidaria abarcamos el antes, durante y después de un acto suicida. Pero a veces también , fascinados por el universo insondable de una muerte autoprovocada, hay quienes pierden de vista al suicida y describen exhaustivamente un suicidio en el que el sujeto fue el autor, pero no aparece en la escena. Sabemos que una de las dificultades más grandes para comprender al hombre es que él es sujeto y objeto simultáneamente. Justamente el suicidio es un hecho humano siempre, inmensamente revelador de quien lo intentó o va a intentarlo. Esa es nuestra dirección, su subjetividad. Los hechos son apenas los rastros que él ha dejado para orientar nuestra búsqueda. Insisto, no deberíamos confundir nunca un mojón en el camino con el lugar de llegada. La dimensión humana es profunda, allí está la verdadera explicación de que alguien que encarna y posee la superioridad en el Universo compartido se sienta, en determinado momento, incapaz de soportar siquiera su propia existencia. Descubre la soledad absoluta y no pudiendo escaparle desiste para siempre. Propongo que enfoquemos nuestros conocimientos orientados por la convicción que el ser vivo siempre quiere vivir, porque en ello consiste su realidad y que el suicidio nunca es la muerte de alguien causada solamente por la insuficiencia de su cuerpo.


"Las personas son diferentes, como diferentes son sus culturas. Las personas viven de modos diferentes y las civilizaciones también difieren. Las personas hablan en varios idiomas. Las personas son guiadas por diversas religiones. Las personas nacen con colores diferentes y muchas tradiciones influencian su vida, con colores y sombras variadas. Las personas se visten de modo diferente y se adaptan a su ambiente en forma diferente. Las personas se expresan en forma diferente. La música, la literatura y el arte reflejan estilos diferentes. Pero, a pesar de esas diferencias, todas las personas tienen en común un atributo simple: son seres humanos, nada más, nada menos"

Shirin Ebadi Abogada Iraní, primer mujer musulmana en recibir el Premio Nobel de la Paz en 2003

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