L as personas que tienen hijos de cualquier edad y deciden suicidarse no saben, tal vez ni siquiera pueden imaginar, el enorme daño que les están causando. Los psicólogos nos explican que existe un conjunto de cambios emocionales a los que llaman “síndrome presuicidio” en el que opera cierta forma de desconexión emocional. El suicida se siente solo aunque de hecho no lo esté, siente que a nadie le importa lo que le está pasando y le resulta difícil interpretar las muestras de apoyo o afecto que recibe. Tampoco puede percibir o imaginar como se sienten o sentirán sus seres queridos. Desde esta perspectiva resulta fácil idear escenarios fantasiosos en los que sus hijos, padres, pareja o familiares cercanos lloran la pérdida un tiempo pero rápidamente la superan y están incluso mejor que antes, libres de la carga que, según suponen, ellos mismos representan para su familia. De hecho, la frase “van a estar mejor sin mí” es muy común entre personas con pensamientos suicidas.
La realidad es muy distinta: los familiares cercanos, pero especialmente los hijos y nietos de personas que deciden suicidarse se enfrentan a duelos muy intensos y duraderos que pueden llegar a marcar todo el resto de sus vidas. A la natural angustia por la pérdida de un padre, madre o abuelo hay que sumarle el sentimiento de abandono, de enojo, de culpa por no haber podido hacer nada, y de no ser lo bastante valiosos para que, aunque fuera por ellos, sus padres eligieran seguir luchando. Los trastornos de ansiedad y depresión, como así también el riesgo suicida son más frecuentes en personas cuyos padres murieron a causa de suicidio, y no existe una edad a la que el dolor resulte más fácil de asimilar.
Ver también nuestra página de Duelo por Suicidio.
Al cumplirse un año de la muerte de su padre, Leah hija del famoso escritor noruego Ari Behn que murió a causa de suicidio a fines 2019, con tan solo 15 años y después del año más difícil de su vida según sus palabras, publicó un texto en su cuenta de Instagram que ya dio la vuelta al mundo y nosotros citamos aquí porque resulta ejemplificador en varios sentidos:
Si estás pasando por dificultades; si estás solo, si te sientes agotado, deprimido, roto, pasas por una pérdida o incluso simplemente estás intentando aguantar, quiero decirte que todo irá bien...Sé que hay alguien que se preocupa por ti y por quién eres. Y, por favor, si necesitas hablar, busca a alguien. Tengo claro que prefiero escuchar tus problemas que acudir a tu funeral
Las palabras de Leah dejan traslucir el enorme dolor que lleva en su corazón, pero también su deseo de que otras personas no tengan que pasar por el estado de desolación en que imagina que murió su padre, y otros hijos no tengan que transitar el duelo por la muerte de sus padres a causa de suicidio. Un solo suicidio es una tragedia que no termina con la muerte de una persona, deja secuelas y ramificaciones que son difícilmente mensurables, y este drama se repite miles de veces al año solo en nuestro país. Por eso, hacemos propio el mensaje de Leah y te pedimos que si estás pasando un momento difícil, no dudes en llamar a nuestra Línea de Asistencia al Suicida.
Las opiniones vertidas en estas notas no necesariamente reflejan posturas oficiales del Centro de Asistencia al Suicida y se publican bajo exclusiva responsabilidad de sus autores.
Las palabras de este texto son un recordatorio poderoso del profundo impacto que el suicidio tiene en los seres queridos que quedan atrás, especialmente en los hijos. Es esencial que recordemos que, aunque la oscuridad y la desesperanza puedan hacernos sentir aislados, siempre hay alguien dispuesto a escuchar y ayudar. Si estás luchando, por favor, busca apoyo; no estás solo. Gracias por compartir este mensaje tan importante, y espero que llegue a quienes más lo necesitan. 💔 coreball