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Luchemos contra la pedofilia, también para prevenir el suicidio


La pedofilia es un delito aberrante por donde se lo mire. Pero, tal vez el aspecto más destructivo del abuso sexual infantil es el daño psicológico que genera en las víctimas. El pedófilo literalmente destruye vidas a cambio de unos minutos de placer perverso Siempre nos queda la sensación de que en los pocos casos en que se llega a una condena esta nunca guarda proporción con el daño producido.


Las víctimas de abuso sexual infantil son llevadas por la fuerza, el engaño o el falso amor a participar de actos para los que no están preparados, y que ni siquiera pueden entender. No tienen defensas físicas o psicológicas contra la agresión; no disponen de las capacidades mínimas para elaborar el trauma. Sus vidas suelen quedar detenidas en ese instante o bien transcurren en silencio con una herida abierta en su interior que condiciona sus decisiones y está siempre lista para volver a producir dolor. Confiar en las personas se dificulta y la vida de relación se resiente. Para muchas personas que transitaron el abuso en su infancia el sinsentido y los pensamientos suicidas son su realidad cotidiana.


Este es el caso de Lucas Benvenuto, un joven que lucha cada día de su vida con las secuelas traumáticas de hechos ocurridos hace 17 años. Ver informe en Infobae.


Lucas es un chico valiente; lo fue entonces cuando denunció a sus agresores y lo es ahora que vuelve a hablar para que la impunidad y el olvido no se instalen, para que otros chicos y chicas no tengan que pasar por su suplicio, para salvar, o intentar salvar, a tantos otros niños y niñas inocentes que día tras día ven destruidas sus vidas.


Las declaraciones públicas de lucas son de enorme valor en varios aspectos. Son una advertencia para todos nosotros: nos dicen que el peligro existe, que puede estar muy cerca y disfrazado de amabilidad o cariño, que tenemos que cuidar a nuestros chicos porque las consecuencias son potencialmente terribles. Pero también, desde su más profundo dolor, no deja de transmitir esperanza para las víctimas. Lucas también es un chico valiente por hacer frente a sus propios fantasmas. No esconde sus pensamientos suicidas, pero sigue vivo. Buscó ayuda terapéutica, buscó un sentido para su vida desde el deporte y en su lucha por obtener justicia; sigue luchando día tras día para sanar sus heridas y para recuperar la vida que merece, que todos merecemos.


El abuso sexual en la infancia es, sin duda, un acontecimiento que aumenta el riesgo suicida durante toda la vida, pero de ningún modo es condenatorio. Muchos chicos y chicas como lucas luchan por elaborar sus traumas y de algún modo siguen adelante; algunos logran hacer a un lado su dolor y recuperar el amor, la esperanza y la felicidad para sus vidas.


Si usted fue víctima o familiar de una víctima de abuso infantil y cree que necesita hablar sobre ello, no dude en llamar a nuestra Línea de Asistencia al Suicida.


 

Las opiniones vertidas en estas notas no necesariamente reflejan posturas oficiales del Centro de Asistencia al Suicida y se publican bajo exclusiva responsabilidad de sus autores.



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