Los argentinos, como casi todos los ciudadanos del mundo, estamos terminando de transitar un año que tal vez sea el más difícil que nos toque vivir en nuestra generación. La pandemia de Covid-19 no solo sembró enfermedad y muerte alrededor del mundo, también recesión, desocupación, ruina económica, conflictos familiares, angustia y en muchos casos desesperación y pensamientos suicidas.
Sin embargo no todo fue negativo: A pesar de la crisis, y tal vez como respuesta a la crisis, muchísimas personas siguen pensando en el otro. Lo vemos puertas adentro de nuestra organización, los voluntarios dejaron a un lado sus propios problemas personales para donar más horas que nunca y brindar escucha, acompañamiento y contención a una cifra récord de personas que, circunstancialmente, atravesaron momentos de desesperanza en sus vidas desde nuestra Línea de Asistencia al Suicida.
También lo vemos en la comunidad: Una cantidad mayor que nunca de personas generosas se acercaron a nuestra institución para formarse como voluntarios a pesar de las dificultades técnicas por no poder brindar formaciones presenciales. Más que nunca la gente entra en nuestro sitio web para realizar pequeñas donaciones, que nosotros necesitamos para continuar funcionando, hacer cada vez más difusión y asistir a más personas; pero sabemos que en esta época de crisis representan un gran esfuerzo para los aportantes por lo que estamos infinitamente agradecidos. La cantidad de profesionales que concurrieron a nuestros cursos de introducción a la suicidología para contar con más elementos de ayuda y formarse en la prevención del suicidio, también fue récord. Y la cantidad de visitantes que se acercan a nuestro sitio web para adquirir recursos para la prevención del suicidio que luego aplicarán en su vida cotidiana fue mayor que nunca antes.
En esta época, casi todos hacemos balances de lo bueno y lo malo que nos dejó el año que termina. Sabemos que para muchos el 2020 fue difícil o muy difícil, pero queremos mostrar estos brotes de esperanza porque vemos que algo muy bueno está creciendo en el seno de nuestras comunidades, que las personas cada vez más piensan y actúan en función de ayudar al otro, que un mundo mejor es posible. Por eso, desde el Centro de Asistencia al Suicida, no bajamos los brazos, estamos más comprometidos que nunca con esta hermosa tarea de asistir al que sufre, que realizamos desde hace 53 años, y hasta nos animamos a desearles:
Feliz Año Nuevo