Una historia de superación frente al suicidio
- Alberto FernƔndez Mateos
- 6 feb 2021
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 7 feb 2021

En el Centro de Asistencia al Suicida creemos que la vida siempre nos brinda nuevas oportunidades; y ademĆ”s creemos en el valor de la mirada, la escucha y la palabra para transformar las vidas de las personas. AĆŗn asĆ, siempre es grato encontrar ejemplos vivientes que nos dicen que esto es asĆ.
Hace unos dĆas, infobae publicó una historia que merece ser repetida por sus mĆŗltiples enseƱanzas. Ver nota en Infobae.
Drew Goodall fue el orgullo de su familia. Sus padres siempre lo apoyaron para que siga su vocación. No podĆa hacer otra cosa mĆ”s que cumplir con sus expectativas y triunfar en la carrera actoral. De hecho, su comienzo fue muy promisorio. Pero algo salió mal en el camino. No soportó la primera crĆtica negativa, se desmoronó, dejó la actuación y cayo en una profunda depresión. No podĆa volver a la casa de sus padres con el fracaso a cuestas. Casi sin darse cuenta se convirtió en mendigo. Su peor momento, segĆŗn cuenta, fue cuando su amigo de la calle se suicidó. Drew pensó que ese podrĆa ser su destino. Pero entonces ocurrió el milagro.
Una de tantas personas a las que Drew les pidió limosna en esa Ć©poca lo miró, no como se mira a un mendigo sino como deberĆamos mirar a cualquier persona y se preocupó por su situación: āSe tomó el tiempo de hablarme ademĆ”s de darme una limosna. Me dijo que la gente iba a la estación central a lustrarse los zapatos. Que por quĆ© no lo intentabaā. Drew siguió el consejo, no porque antes no supiera que habĆa lustrabotas en la estación central sino porque por primera vez en mucho tiempo sintió que alguien se preocupó por Ć©l.
El resto de la historia es anecdótico. Drew se convirtió en lustrabotas pero luego encontró la forma de transformar su nueva tarea en una actividad empresarial, llegó a ser millonario y en el camino ayudó a muchos mendigos ofreciéndoles un trabajo. Todo esto es mérito de Drew, no hay duda, pero no hubiera sido posible si en su peor momento no hubiera sentido que alguien creyó en él y se preocupó por su situación.
Pero esta historia esconde otra enseƱanza. PodrĆamos preguntarnos: Āæno le dieron a Drew sus propios padres mucho mĆ”s apoyo y estĆmulo que el desconocido que se acercó para darle una limosna? Seguramente sĆ, pero de un modo diferente. Los padres de Drew esperaban que su hijo llegara a ser un gran actor. Su apoyo y estĆmulo eran casi una exigencia. Drew cayó en depresión frente a su propio fracaso pero tambiĆ©n por no poder cumplir las expectativas de sus padres. En cambio, el desconocido lo valoró como persona a pesar de su apariencia, no lo juzgó, no esperó nada de Ć©l, le ofreció su mirada, su escucha y su consejo desinteresadamente, respetando su dignidad y su libertad para decidir.
La historia de Drew Goodall es, fundamentalmente, una historia de superación personal de un chico valiente que decidió volver a confiar en las personas y darle otra oportunidad a la vida. TambiĆ©n es una historia que nos muestra que la prevención del suicidio comunitaria funciona y tiene el poder de transformar vidas. Pero ademĆ”s nos dice como hacerlo: mirar al otro, valorarlo, no juzgarlo, escuchar lo que tiene para contar y, si despuĆ©s de todo eso, si queremos brindarle un consejo o una sugerencia, no pretender que lo siga o que cumpla de algĆŗn modo nuestras expectativas. Esto es lo que intentamos desde nuestra LĆnea de Asistencia al Suicida.
Las opiniones vertidas en estas notas no necesariamente reflejan posturas oficiales del Centro de Asistencia al Suicida y se publican bajo exclusiva responsabilidad de sus autores.