El sistema educativo de Finlandia sigue sorprendiéndonos. No solo lograron los mejores rendimientos en las pruebas internacionales sino que además consiguieron éxitos significativos en el manejo del bullying o acoso escolar que, como sabemos, está relacionado con el suicidio adolescente: http://www.eldefinido.cl/actualidad/mundo/2427/KiVa_el_exitoso_metodo_contra_el_Bullying_que_Finlandia_exporta_al_mundo/

Esto último es especialmente importante porque demuestra que el bullying o acoso escolar puede prevenirse en la escuela. Lo dicho parece una obviedad, sin embargo, es resistido por sistemas pedagógicos que, aunque declaran “enseñar valores”, consideran al acoso escolar un fenómeno que excede los límites de la escuela y que por lo tanto no le corresponde.

Es cierto que el acoso adolescente excedió ya hace tiempo las fronteras de la escuela y se propaga en las redes sociales. No se le pide a la escuela que ejerza una función de policía en ámbitos a los que no tiene acceso. Lo que se le pide es que cumpla su promesa de enseñar valores, incluso mucho antes de que en un grupo se detecten casos de bullying. Cuando los niños aprenden desde temprana edad y en la práctica valores tales como el respeto, la solidaridad y la justicia, los casos de bullying serán poco factibles, porque el acosador activo necesita de un coro de acosadores pasivos que aprueben sus actos o que por lo menos no intervengan. Sin esta masa crítica, de alumnos que no internalizaron los valores de la convivencia, el acosador no tiene oportunidad.

Cuando las escuelas realmente se hagan cargo de su función básica que es enseñar los valores de convivencia a sus alumnos, no solo tendremos escuelas sin acoso sino también una sociedad mejor.